Este
post hace parte de los primeros contenidos sobre marketing musical que
estaremos generando a partir de ahora. ¿Por qué cambiamos? Puedes leer este post y enterarte de nuestras razones bajo el mismo concepto de músico empírico.
Sabemos
que la música es arte, y va mucho más allá de parámetros técnicos y realidades
cuadradas, eso pensábamos nosotros también, pero la realidad es que no, la
inspiración puede ser etérea pero para ser escuchado debes tener herramientas
empresariales.
Y
es que si lo comparamos con un mercado comercial son muchas las coincidencias
de tu carrera como instrumentista o con tu banda. Empecemos por enumerar los
conceptos relativos entre la empresa y la música:
🎶 Solista o instrumentista = Marca personal
🎶 Banda = Empresa con asociados
🎶 Target de mercado = Audiencia y seguidores
🎶 Estrategias de venta = Promoción y lanzamientos
🎶 Relaciones públicas = Contacto con patrocinadores
🎶 Producto = Canción, producción o servicio
Podemos
seguir la lista, cada una de las cosas que tengan un concepto en términos de
marketing está asociado al marketing musical y esto es porque queramos o no,
hacemos parte de una de las industrias de comercialización.
Ahora,
no por ello debemos pensar solo en el mercado y darles lo que les gusta para
tener una mayor rentabilidad, de hecho eso es un error muy común dentro de las
empresas, pensar solamente en rentabilidad y reconocimiento.
En
las empresas, y mucho más en la música existe el propósito, la intención con la
que crear un producto, un servicio, una canción o un proyecto musical. Existe
algo dentro inexplicable que te hace actuar 24/7 en ese objetivo.
Si
tu objetivo es vivir con la premisa del “Sexo, drogas y Rock & roll” vivir
de la fama, o llenarte de dinero, creo que estás es un camino equivocado. Esta
es la razón por la que valoramos más una empresa hecha a pulso con mano de obra
local que una empresa internacional que nos vende felicidad a través de bebidas
oscuras con gas.
Una
vez actúes en pro de tu propósito podrás empezar a crear empresa, si, una empresa
desde los procesos de fundación, asociándote si es necesario, con misión,
visión y una planeación constante. Se que suena engorroso pero créeme que los
mejores intérpretes o bandas (del género que quieras pensar) planean sus
actividades y están en constante búsqueda de conocer a su mercado.
Entonces
si haces parte de una empresa, eres un emprendedor musical y como buen
emprendedor es muy difícil iniciar, por ello debes asesorarte, buscar
información y educarte acerca de cuestiones financieras, legales y de mercado.
Es tal vez la parte más aburrida, nadie dijo que era fácil, pero podrá serlo si
te mantienes centrado en el propósito.
Claramente,
como en las empresas existen actividades desleales, vemos como algunas marcas
tienen problemas legales por publicidad engañosa, fraude con impuestos o
competencia desleal, en la música pasa igual y aunque no está regulado, no es
la mejor forma de crecer, te hablo de actividades como la payola que es muy
diferente a pagar por publicidad y que explicaremos en otro post.
Por
ahora ten en cuenta y empieza a pensar como una empresa que va de la mano con
tu arte claro está, pero que debe verse detrás de ello como una empresa en la
que debes pensar en todas las variables, tu música es el producto, pero detrás
de ello debe haber miles de elementos más para poder hacerte notar en un mundo
tan competitivo hoy en día.